Ya habíamos llegado a Londres. Nuestra madre estaba allí esperándonos.
-Hola, hijos –nos saludó a ambos y nos abrazó
-Mamá,
¿sabes que tengo novia? – dijo feliz
- ¿En serio?
¿Desde cuándo? ¿Cómo es?
Durante el camino estuvieron hablando entre ellos. Yo iba callada, escuchando música de mi Ipod.
-Ya hemos llegado -comentó mi madre. Cuando miré la casa me quedé alucinada. No recordaba que fuera tan grande
-¡Enana!
Cierra la boca que te van a entrar moscas –se rió
-Ja ja
–dije irónicamente
Al entrar en la casa no sólo estaba Cameron, el marido de mi madre, sino que también había unos cuantos chicos de la edad de mi hermano. Cuando los vio mi hermano se puso muy contento y se acercó rápidamente a saludarlos. Habían venido minutos antes para recibirlos también.
- ¡Oh! Se me olvidaba. ¿Os acordáis de mi hermana Almudena?
-¿Cómo no
voy a acordarme de ella? –dijo un chico de pelo cobrizo con unos ojos marrón
miel que me derretían
-¿No te
acuerdas de nosotros no? –dijo un chico alto y rubio de ojos azules
-Lo
siento pero no… -dije algo cortada. El chico de pelo cobrizo parece que se
entristeció un poco al escuchar esto
-Yo me
llamo Kyle –dijo el rubio de ojos azules. Cada verano cuando veníais tu hermano
y tú, siempre íbamos todos juntos al parque. Y mi hermana Danna también, erais
las mejores amigas. No ha podido venir ahora, pero más podrás verla –sonrió- y
también saliste con Dylan, con él te diste el primer beso, a los 9 años –volvió
a sonreir al tiempo que señalaba al chico de pelo cobrizo
-Calla,
bocazas –le dijo Dylan a Kyle a la vez que le daba un codazo
-Entonces…tú
eres… ¡oh dios! –le abracé fuertemente sonriendo
-Ya te
acuerdas –contestó un sonriente Dylan
-Por
supuesto que sí –emocionada
-¿Enserio
que no te acordabas de nosotros? –preguntó Kyle
-Sí,
perdimos el contacto y con el tiempo he
ido olvidando, pero ahora ya sé quienes sois
-Al menos
ya te acuerdas –sonrió Dylan
-Sí. Voy
a dejar las maletas y eso, luego nos vemos –le di dos besos a cada uno y subí a
mi habitación
La habían pintado, antes era rosa y ahora era de un lila claro bastante bonito. Había un corcho grande en una de las paredes así que cogí las fotos que tenía con mis amigos y las colgué en él. Después saqué toda la ropa y las cosas que había traído y las puse en su sitio.
En hacer
esto tardé como una hora o así. Bajé a comer algo y luego volví a meterme en mi
cuarto. Me conecté pero no estaban ninguna de mis amigas así que apagué el
portátil.
-Almudena, he quedado con estos, ¿te vienes?
-Sí,
espera que me ducho
Me fui deprisa al baño, me di una ducha rápida y me puse unos pitillos negros, una camiseta de I love NY y unas converse rojas
-¡Ya estoy! –dije bajando las escaleras. Al bajar de encontré con que todos estaban allí
-Vas muy
guapa –me dijo Dylan
-Gracias
– me sonrojé
-Deja de
tirarle los tejos a mi hermana –le dijo mi hermano bromeando- vámonos a hacer
skate
-Yo no
tengo
-Yo tengo
dos, así que te lo dejo
-Está
bien
Nos fuimos a la pista de skate, donde nos esperaba Danna. Estábamos pasándonoslo genial hasta que una chica morena se acercó a nosotros.
-Hola, Dylan –dijo con una sonrisa seductora y le besó
-Hola,
Melanie –sonrió pero el resto del grupo estaba callado y parecía que intentaban
controlarse para no decirle de todo a Melanie - ¡oh! Eh… Mel, esta es Almudena.
Almudena, ella es Melanie
Le di dos besos a regañadientes. Ella me miraba de arriba abajo con cara de asco y yo no me quedaba corta. ¿Qué se creía? Como siguiera así le iba a bajar los humos.
-Esto… se me ha olvidado que tenía que ayudar a mi madre con…emm… a limpiar la casa, ¡eso! Tengo que ayudarla a limpiar la casa, adiós –mentí y me fui a paso ligero
-¿Qué le
pasa a tu hermana? –le dijo Dylan extrañado a
mi hermano
-No tengo
ni la menor idea…
Entré en casa y me fui directa a mi habitación. Sentía muchísima rabia y tristeza, pero no entiendo por qué, se suponía que ya lo tenía superado, que le había olvidado. Tan sólo teníamos diez años cuando todo pasó. Me puse a llorar sin poder evitarlo.
-¿Qué te pasa? –me preguntó entrando en mi habitación
-Nada,
vete y déjame sola –contesté sin mirarle
-Pero
quiero saber qué te pasa, por qué estás así
-¡Que me
dejes! –le grité y él se fue. Sé que me pasé pero ahora mismo quería estar sola
y no me apetecía hablar con nadie, y menos dar explicaciones. Al final acabé
por quedarme dormida.
Me desperté por el sonido del móvil. Lo cogí y vi que eran Dylan. Suspiré y descolgué el teléfono.
-Hola, ¿qué pasa? –dije medio adormilada aún
-Eso digo
yo, ¿por qué te fuiste ayer así?
-¿Así
cómo? Ya te dije que tenía que ayudar a mi madre a limpiar
-Venga,
Almudena. ¿De verdad crees que me lo tragué?
-No
entiendo por qué no si es la verdad
-Si no
quieres contármelo vale, pero no me mientas –colgó
-Esto es
increíble, encima se cabrea. Pues para orgulloso él, orgullosa yo –pensé para
mí misma
Me levanté de la cama y me fui a duchar. Cuando bajé estaban todos allí abajo sentados
-Hola –saludé y me fui a la cocina a prepararme un zumo
-¿Qué te
pasa? –me preguntó Danna
-A mí
nada, ¿por qué?
-Por lo
de ayer
-Otra igual,
¡Que no me pasa nada! ¡Tenía que ayudar a mi madre! –dije con el tono un poco
más elevado de lo normal y me subí a mi habitación. Podía escuchar la
conversación que estaban teniendo abajo
-¿Has
conseguido sacarle algo? –preguntó Kyle
-Que va,
no suelta prenda y además se ha enfadado y se ha ido a su habitación
-Voy a
hablar con ella –comentó Dylan y se levantó
-El señor
Smith se va a tragar el orgullo por una vez, esto es increíble –dijo refiriéndose
a Dylan
- ¡Mierda!
Había olvidado que estaba enfadado con ella…
-Pero ¿por
qué te habías enfadado con ella? No te ha hecho nada
-Sé que
le pasa algo y no me lo quiere contar, y eso me cabrea
-Dylan,
llevaba años sin verte, no esperarás que en este poco tiempo esté como antes
no? –preguntó mi hermano
-Tienes
razón pero aún así…-suspiró
-Pídele
perdón y habla con ella
Noté cómo alguien subía las escaleras y se iba acercando a la puerta de mi habitación
-Que no sea Dylan, por favor. Que no sea Dylan –dije bajito y cruzando los dedos
-¿Puedo
pasar?
-¡Mierda!
–maldije para mí misma – sí, pasa
-Yo… -se
quedó callado
-Vamos,
no tengo todo el día
-Lo
siento –dijo tras una pausa y suspiró
-¿Qué
sientes?
-Haberme
enfadado contigo sin motivo, no sé qué es lo que me pasó, supongo que pretendía
que todo fuera como antes…
-Dylan,
las cosas no pueden ser como antes
-¿Por qué
no?
-Porque
las cosas no son como antes, han pasado bastantes años y… -me callé
-¿Y…?
-Nada, que
las cosas no son como antes y punto
-Almudena,
puedes contármelo, no voy a decírselo a nadie
-No puedo
-¿Por qué
no?
-Porque
se estropearía todo
-¿Todo el
qué? No te estoy entendiendo
-No
tienes nada que entender, ¿puedes dejarme sola, por favor?
-No, no
pienso moverme de aquí hasta que no me digas que es lo que te pasa -suspiré
-¿De
verdad quieres saberlo?
-Ya te he
dicho que sí
-Yo…-me
quedé callada al escuchar que llamaba a la puerta. Mi hermano me había salvado.
-Siento
interrumpir pero ha venido mamá y quiere que la ayudes
-Está
bien -bajé y estaba mi madre metiendo la compra
-Ayúdame,
por favor
-¿Por qué
no te han ayudado Álvaro o alguno de los otros?
-Porque
no, venga, ayúdame anda
Ayudé a
mi madre con la compra y cuando iba al salón escuché que hablaban de mí así que
me quedé escondida para ver lo que decían.
-¿Entonces
no has conseguido sacarle nada? –preguntó mi hermano
-No,
estaba a punto de decírmelo cuando apareciste –lo fulminó con la mirada
-Yo
siempre soy muy oportuno –dijo riendo
-Así que
realmente no le importaba lo que me pasaba. Simplemente vino porque los demás
le habían mandado ya que pensaron que a él se lo contaría… ¿cómo he podido ser
tan tonta? No puedo confiar en nadie, no puedo contarle nada de lo que me pasa
a nadie –pensé y me fui a mi habitación de nuevo, donde me puse a llorar. Es lo
único que hacía últimamente. Todo el día metida en mi habitación llorando, y ya
estaba harta. Voy a hacer como si no hubiera pasado nada. Bajé al salón y había
venido también Melanie. Lo que faltaba.
-Hola
chicos –saludé como si nada y ellos me respondieron
Me senté al lado de Dylan ya que era el único sitio que quedaba libre. Decidieron poner una peli, y encima de miedo. Odiaba esas películas. Encima no tenía a quien agarrarme ya que a mi lado sólo tenía a Dylan y a él no pensaba acercarme. Además de que su novia estaba al otro lado de él.
Cuando
empezó la película cogí un cojín. Me tapaba bastantes veces la cara y lo
apretaba. Dylan se dio cuenta
- Sabes que puedes agarrarte a mí ¿no? –me susurró
-Tu novia
está a tu lado –dije en tono de desprecio hacia ella
- ¿Se
puede saber qué te pasa?
-Nada que
a ti te importe –me levanté y fui a la cocina. Cogí un vaso, me lo llené de
agua y empecé a beber. Noté como alguien ponía la mano en mi hombro y me
asusté. Me atraganté y empecé a toser
-Lo
siento, no pretendía asustarte –dijo Dylan
-¿Qué
quieres?
-Saber lo
que te pasa, dímelo, confía en mí
-¿Para
qué? ¿Para que luego vayas a contárselo a los demás? Creo que paso, gracias -iba
a salir de la cocina pero me agarró del brazo y me puso contra la pared,
quedando yo atrapada entre él y la pared.
-¿Qué
estás haciendo?
-De aquí
no te vas hasta que no me digas que te pasa -suspiré e intenté escaparme pero
no lo conseguí- vamos, Almudena, por favor. Dime lo que te pasa, te prometo que
no se lo voy a decir a nadie
Lo tenía tan cerca. Su cuerpo estaba prácticamente pegado al mío y su boca a centímetros de la mía. Podía notar su olor, su calor… necesitaba salir de allí.
-No puedo decírtelo
-¿Por qué
no?
-Porque
no –una lágrima cayó por mi mejilla. No podía aguantar mucho más
-No
llores –me quitó la lágrima con sus labios y yo me estremecí. Después bajó un
poco más y rozó sus labios con los míos. Yo miraba sus labios y él los míos.
Ambos queríamos besarnos pero yo no me atrevía a dar el paso. Cuando quise
darme cuenta sus labios estaban sobre los míos.
Todo era perfecto, aquel beso era perfecto, hasta que escuchamos a alguien venir y nos separamos rápidamente.
-Dylan,
¿qué hacéis? –preguntó Melanie entrando en la cocina. Que oportuna, aunque la
verdad me alegro de que entrase, esto nunca debería haber sucedido
-Nada,
estábamos bebiendo y pensando en qué podíamos llevar para comer
-Ya se ha
acabado la película así que da igual, no tenéis que buscar más
-Vale –fue
todo lo que dije y me fui a mi habitación
No podía
creerme lo que había sucedido. Yo, besando a Dylan. Tanto que trataba de
evitarlo y me he besado con él. Esto no podía ser bueno, las cosas ya no iban a
ser iguales y como Melanie se enterase… la única solución será evitarle.
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