Capitulo 1. My happy ending (MHE)

En la encuesta sólo han votado 5 personas pero bueno, todas han dicho que si así que aquí tenéis el primer capítulo de esta nueva historia. Espero que os guste, ésta es completamente diferente a la de mi otro blog, quiero probar cosas diferentes a parte de los vampiros. Trataré de publicar al menos un capítulo por semana, espero poder hacerlo :)
Por si no leisteis mi anterior entrada, he creado un twitter para este blog y el otro que tengo, donde avisaré cuando suba capítulos, podéis comentarme dudas, etc. Seguidme y os seguiré de vuelta: https://twitter.com/amoreternoblog
Ahora os dejo tranquilas para leais el capitulo :) disfrutar y comentad.
Un beso.

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Me desperté temprano como cada mañana. Me di una ducha rápida, me puse el uniforme de trabajo y bajé a la habitación de la limpieza. Cogí los utensilios necesarios y comencé a limpiar los ventanales del salón principal.

-¡Jasmine! – me llamó Corinna.

-¿Qué ocurre?

-La boda de Daphne se ha adelantado, será dentro de una semana.

-¿Cómo? Pero si aún faltan más de la mitad de los preparativos –dije alarmada

-Por eso te lo pido a ti, confío plenamente en que lo tengas todo a tiempo, sé que tu eres capaz de eso.

-De acuerdo, lo tendré todo preparado – tras esta conversación fui rápidamente a buscar a Dorothy, pero por el camino me choqué con Frederick – disculpe.

-¿A dónde vas con tanta prisa?

-La boda de su hermana se ha adelantado para la semana que viene, así que iba a buscar a Dorothy para que me ayudara a organizarlo todo.

-¿Vas a asistir?

-Ya sabeis que los criados no podemos asistir a los actos importantes y las fiestas.

-Pero tú no eres una criada cualquiera, tú eres como un miembro más de la familia.

-No, es cierto que su madre me trata mejor, pero es la única, los criados y sus hermanas me odian.

-No te odian.

-Abra los ojos y se dará cuenta, Frederick.

-Ven conmigo a la boda y te demuestro que no te odian. Y no me hables más de usted, nos conocemos lo suficiente como para tutearnos, aunque eso en teoría no sea lo debido, pero no me importa.

-No puedo asistir, y menos con un príncipe, además, supongo que tu irás con tu prometida, ¿no?

-No tengo prometida, ¿de dónde sacas eso?

-Te vi anoche con una chica, al comienzo de la fiesta y luego por la noche cuando te la llevaste a tus aposentos.

-Es sólo una amiga.

-A las amigas no se las lleva uno a la cama ni se las besa.

-¿Estás celosa? –preguntó con un tono divertido

-No, sólo te digo que tengas cuidado, aquí hay mucha arpía suelta y si dicen algo malo de ti pueden hundir tu reputación y la de tu familia – dije y tras esto me marché.

-¡Dorothy! –la llamé al ver que iba a sus aposentos.

-¿A qué se debe esa cara?

-Por un lado está la boda de Daphne, que se ha adelantado una semana y Corinna me ha dejado encargada de todo, y por otro lado hay una cosa que no puedo contarte.

-Tiene algo que ver con Frederick, ¿verdad?

-Sí, pero no puedo contarte que es lo que pasa.

-No te preocupes, lo entiendo –me sonrió- Frederick va a los jardines, ¿por qué no vas a hablar con él?

-¿Cómo sabes eso?

-Me lo he encontrado segundos antes de que me llamases, quiere que le lleven un té, anda algo nervioso, así que llévaselo.

Suspiré y me encaminé hacia la cocina. Le preparé el dichoso té y caminé hacia el jardín.

-¿Pero qué…? –musité para mí misma al ver allí a la chica de la otra noche. Bajé los escalones y me acerqué a ellos. – Aquí tiene su té, Señor. –dije de mala gana, aunque disimulando un poco para que la chica no notase nada.

-Jasmine, creí que era Dorothy quien iba a traerlo –dijo sorprendido de verme allí.

-¿Te sabes el nombre de tus sirvientas? –preguntó la chica horrorizada. – Sólo están para servir, no debes llamarlas por sus nombres.

-Llevan toda la vida conmigo, así que no sé porque iba a llamarlas de otro modo, para algo tienen un nombre –dijo algo molesto.

-Dorothy no se encontraba bien así que me pidió que yo se lo trajera –contesté haciendo caso omiso al comentario de la chica rubia, la cual ya estaba empezando a hartarme, aunque sonreí para mis adentros cuando Frederick nos defendió. Tras esto me retiré y continué haciendo tareas que tenía pendientes en el castillo.

Así iban pasando los días, ya estaba preparado todo para la boda, la cual se celebraba a la mañana siguiente, la chica del baile venía todos los días al castillo y Frederick cada noche intentaba explicarme el por qué, pero yo le decía que no me importaba y le ignoraba. Esta noche no fue diferente, al menos no si contamos con que no se conformó con mi respuesta de cada noche, si no que más tarde vino a mis aposentos.

-¿Qué haces aquí? ¿Estás loco?

-Me vas a escuchar quieras o no –dijo echando el cerrojo a la puerta. Yo me incorporé ya que estaba tumbada en la cama leyendo tranquilamente un libro.

-Frederick, en serio, no tienes que darme explicaciones de nada, eres el príncipe y yo una criada –dejé el libro a un lado y me levanté-

-Pero es que para mí no eres una simple criada, eres más que eso.

-Sí, ya lo sé, tu mejor amiga, no hace falta que me lo repitas más –dije y él se acercó más a mí.

-¿Quieres callarte y dejarme hablar? – dijo serio y yo sólo pude asentir con la cabeza – la chica del baile se llama Roselyn, y la razón de que venga tanto por aquí es porque nos estamos conociendo. Mi madre cree que es una buena muchacha y quiere casarme con ella, así que estamos prácticamente comprometidos.

-Te dije que no me explicaras nada

Tenía ganas de llorar pero no iba a hacerlo delante de él. Sabía que este momento llegaría, que tarde o temprano tendría que casarse con una princesa y ocupar el trono, pero es más duro de lo que pensaba.

-Yo… no quiero casarme con ella, es muy simpática y la noche del baile estuvo muy bien pero… yo estoy enamorado de otra chica.

Crack. Ahora sí que mi corazón se había partido en mil pedazos. Que se casara me hacía sentir mal, pero esto ya era demasiado para mí.

-Frederick, en serio, déjalo, no… -no me dejó terminar la frase

-Llevo enamorado de esa chica desde los diez años, cuando jugaba con ella por estos jardines, cuando corríamos por los pasillos, cuando jugaba junto a ella –mientras decía estas palabras no dejaba de mirarme a los ojos y cada vez se acercaba más a mí. – Estoy enamorado de ti, Jasmine –me miró a los ojos, colocó sus manos en mis mejillas y posó sus labios sobre los mío.

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