-Jasmine, ¿has visto mi chaqueta?
-Sí, está encima de su cama, señor.
-¿De verdad vas a seguir tratándome de tu?
-Claro que sí, usted es el futuro rey.
-Llevamos juntos desde pequeños, para mí no eres una criada más, eres mi mejor amiga.
-Pero no es lo apropiado –suspiró.
-Jasmine, por favor, tutéame, olvídate de que soy príncipe, trátame como tu amigo, como cuando éramos pequeños.
-de acuerdo, Frederick –contesté rendida y él sonrió triunfante.
-será mejor que baje, los invitados esperan –me dio un beso en la mejilla y tras coger su chaqueta se fue.
Me presento, mi nombre es Jasmine, tengo 17 años y soy una de las sirvientas de palacio. Mi padre es el consejero de la reina, lleva muchos años trabajando para ella por lo que Corinna confía plenamente en él y le tiene mucho aprecio. Mi madre no era sólo una de las sirvientas, sino que también era una de sus mejores amigas. Por desgracia, ella murió al darme a luz, por lo que no pude conocerla. Desde el momento en que nací, la reina se encargó de mí, junto con mi padre, por supuesto, y me cuidó como si fuera otra de sus hijas.
Corinna quedó viuda hace unos tres años, quedándose así a cargo del reino y de sus cuatro hijos, Courtney, Adeline, Daphne y por último su único hijo varón y por lo tanto heredero al trono, Frederick. Courtney y Adeleine están casadas, y la primera de estas dos espera un hijo. Daphne está comprometida con un muchacho de sangre noble, el cual será el futuro rey de Norfolk, y Frederick era uno de los solteros más codiciados del momento. Cada sábado se celebra una fiesta en palacio con el fin de que Frederick encuentre esposa y así poder tener descendientes, pero él no parece que ponga mucho empeño.
Casi todos los sirvientes de palacio me tienen envidia por mantener una relación tan estrecha con la familia real, en especial Anabel, pero tengo una amiga allí dentro, Dorothy, la cual me apoya en todo. Con las hermanas de Frederick no tengo mucho contacto ya que dos de ellas no viven en palacio, sino con sus esposos, pero sé que a Courtney no le caigo bien por cómo me trató la reina desde el fallecimiento de mi madre. Adeline, la más joven de las tres hermanas, siempre intenta hacer que me expulsen de allí, cosa a la que le ayuda Anabel con mucho gusto.
En estos momentos se estaba celebrando uno de los bailes en el gran salón principal. Los criados no podíamos aparecer por allí, solamente podían hacerlo los que esa noche estarían trabajando como camareros. Estuve durante casi todo el baile metida en mi aposento, pero me había entrado hambre así que salí. Me arrepentí al instante de haber puesto un solo pie fuera. No sé por qué razón mi corazón se hizo añicos al ver a Frederick de una forma no muy decente con una chica. La besaba y la tocaba con deseo mientras ella iba quitándole la camisa. Después de eso no pude ver más ya que entraron en los aposentos de él, pero esas imágenes fueron suficientes, estuve toda la noche con ellas en la cabeza.
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Tiene buena pinta!
ResponderEliminarEspero el siguiente capítulo! y gracias por el premio! =)
Un premio está esperándote en mi blog =)
ResponderEliminarNo me lo puedo creer, tan solo el prologo y ya me has enganchado.
ResponderEliminarCuelga pronto.
Besos.
Ooh!! Solo es el prologo y ya me gustaa!! Pobrecitta, me encanta la historia unk es muy triste lo del final. La pobre no va a poder dormir!!
ResponderEliminarHe encontrado tu blog por ai y me a gustado muchissimo!!
Publik prontito y pasat por el mio a ver k t parece http:eleclipsedelasdoslunas.blogspot.com
Te sigo:)
*Lunaa*
Tienes premio en mi blog :)
ResponderEliminarTe sigoo!!!!
ResponderEliminarWoooow!!!! Tiene buena pinta!!! Sigue escribiendo!!!