Bueno pues después de tres semanas por fin vuelvo con un nuevo capítulo. Siento haber tardado tanto pero es que he estado con las recuperaciones y después me he ido de viaje. Mañana trataré de escribir el capítulo del blog de Amor eterno y si me da tiempo lo subiré.
El lunes empiezo las clases y hago 2º de bachillerato así que no sé si tendré tiempo para escribir, espero poder subir al menos un capítulo de cada historia los fines de semana, cuando vaya empezando el curso ya veré como me las voy apañando pero no os preocupeis que no pienso dejar las historias :)
Bueno, ya os dejo que leáis tranquilas el capitulo. Espero que comentéis.
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Comencé a preparar la maleta. Había hablado con un viejo
amigo que tenía en la ciudad y me quedaría en su casa. No le había dicho a
nadie lo de mi embarazo, ni siquiera a mi padre. Iba a salir de mis aposentos
cuando me choqué con Dorothy.
-¿A dónde vas? –me preguntó al ver que llevaba una maleta
-Fuera, no puedo permanecer aquí mucho tiempo más
-¿Por qué? ¿a dónde piensas ir?
-Te voy a decir algo, pero prométeme que no se lo vas a
decir a nadie –dije recalcándola la última palabra
-Te lo prometo
-Estoy… embarazada – abrió los ojos como platos
-¿Qué? ¿Cómo es posible? Pero… ¿de quién?
-De… Frederick
-¿Te has acostado con el príncipe?
-Shh baja la voz, te pueden oír –dije- sí… por eso me
tengo que ir, si alguien se entera de esto Frederick puede meterse en problemas
y a saber que hacen conmigo
-Pero ¿a dónde vas a ir?
-No puedo decirte a donde voy, pero no te preocupes,
estaré bien – nos dimos un abrazo y me fui rápidamente de allí
Cuando salí del castillo fui deprisa hacia la casa de
Anthony. Al llegar llamé a la puerta y él me recibió con un fuerte abrazo.
-Cuanto tiempo sin verte –dijo sonriendo. Cogió mi maleta
y entramos en la casa - ¿Cómo estás? ¿A qué se debe que quieras venir aquí en
vez de vivir en el palacio?
-Bien –dije- no puedo vivir más en el castillo, ni que me
vean
-¿Por qué? –preguntó confundido
-Estoy embarazada, de Frederick -aclaré cuando vi su cara de confusión
-Sabía que os queríais, cuando jugábamos en el parque se
notaba cuando os mirabais, pero no pensé que fuerais a llegar tan lejos, y
menos cuando él se va a casar
-Te olvidas de que va a tener un hijo
-Eso lo he dado ya por entendido, me lo acabas de decir
–negué
-No me refiero a mí, su prometida está embrazada
-¿Roselyn está embarazada? –se atragantó con el agua que
estaba bebiendo
-¿Cómo sabes que es Roselyn?
-Emmm… -se había puesto nervioso- dieron la noticia
-No, la noticia era que el príncipe se casaba, pero no
dijeron con quien –le miré- dime la verdad
-Cabe la posibilidad de que ese hijo sea mío… un día que
ella vino al pueblo me la encontré, nos estuvimos conociendo y al final… me
acosté con ella
-¿Y luego me acusas a mí de haberme acostado con
Frederick? Sabes que yo a él siempre le he querido, pero tú a ella no la
conocías
-Lo sé –suspiró – pero yo la quiero. Todavía viene de vez
en cuando
-¿Qué? Pero entonces me verá y sabrán donde estoy
-No te preocupes, no se lo diré a nadie y cuando ella
venga le diré que vayamos a dar una vuelta o vamos a otra habitación. Ahora ve
a descansar –me dio un beso en la frente y me mostró mi habitación
Entré aquel cuarto. Era más pequeño que el que tenía en
el palacio, pero era normal, ya no estaba allí. Me metí en la cama tras cambiarme y comencé a recordar los
buenos momentos que pasamos los tres juntos en el parque, después vinieron a mi
mente los recuerdos vividos con Frederick en palacio, siendo amantes. Las
lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas. Rápidamente me las sequé e
intenté dormir.
Me desperté temprano, no era necesario pero era la
costumbre que tenía. Escuché el timbre y unos pasos dirigiéndose hacia la
puerta.
-Hola, Anthony –dijo una voz que reconocía
-¿Roselyn? ¿qué estás haciendo aquí? Dijiste que no ibas
a volver más
-Lo sé. Pero tengo algo que decirte
Cuando sentí que entraban a la casa, rápidamente me
levanté y me escondí en la habitación más lejana, no
podía dejar que ella me
viera.
-¿Qué ocurre?
-Estoy embarazada – a pesar de que no le veía, estaba
segura de que se había puesto pálido y tenía los ojos como platos – no sé si es
tuyo o de Frederick –continuó- pero en cualquier caso pensé que deberías
saberlo
-Sea quien sea el padre tendrás que decir que es del
príncipe, sino te acusarán de adulterio
-Lo sé, pero quería que lo supieras –le dio un beso en la
mejilla y se marchó
Salí de la habitación y le miré preocupada. Había
recuperado un poco el color pero aún así se notaba que estaba nervioso.
-¿Cómo estás? –le pregunté y él no dijo nada, sólo se
abalanzó sobre mí para darme un abrazo
-Te ayudaré –murmuró
-Ya lo estás haciendo, y no sabes cómo te lo agradezco
-No, te ayudaré del todo, no sólo ayudarte a esconderte,
a ti también podrían acusarte de adulterio así que diremos que el hijo es mío y
nos casaremos
-No puedo pedirte eso, Anthony
-Te lo estoy ofreciendo yo, y no acepto un no por
respuesta, no voy a permitir que te hagan nada
-Gracias, de verdad –dije mostrando una sonrisa y esta
vez fui yo quien le abrazó
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